La Bitácora Científica

Recordemos las notas de campo, en la edad media por ejemplo, la llevaban los botánicos en sus expediciones, astrónomos, todo tipo de aventureros y artistas, los marineros (como Cristóbal Colón, quién se considera que escribió su bitácora de navegación en 1491) y tantos otros, que con el deseo de recrear una imagen fidedigna de un objeto de estudio o la necesidad de sobrevivir, describieron sus experiencias desde lo más físico hasta lo más subjetivo. Fue probablemente así, como el científico, el marinero, el aventurero, el guerrero, llegaron a tener pulso de artista y profunda creatividad en sus escritos, para explicar de la mejor manera mundos nunca antes vistos y ni siquiera imaginados. Puso a prueba a más de uno.

Queremos usar ese poder trascendental, el poder de contar historias. Esa necesidad de compartir relatos que queden para la posteridad y sus generaciones. Desde las pinturas rupestres que se estima tienen 51.200 años de antigüedad (Isla de Indonesia, Célebes Meridional), hasta este momento, y el surgimiento de nuevos lenguajes. Dejar algo de información sobre el dónde, el cuándo, el quién y el cómo. A veces indagar un poco más en el por qué y para qué. Y darnos el lujo de saltar en el campo del filósofo, el poeta, el artista.

Inspirando la exploración de nuestro universo.

Un amante de la naturaleza

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Lecturas sobre el Mundo

Leer, estudiar, meditar, conversar, divagar, dilucidar, volver a calcular, crear nuevas ideas sin miedo a las restricciones impuestas por las leyes de la naturaleza, compartirlas de forma oral o escrita, revisar, equivocarse y volver a empezar. Acciones presentes en el desarrollo y perfeccionamiento del conocimiento. Por eso, hemos llamado a este espacio: TERTULIAS.